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Cómo se hace una colonoscopia

La colonoscopia es una prueba médica que sirve para diagnosticar y tratar enfermedades del colon (intestino grueso). Se realiza por medio del colonoscopio, que es un aparato que consiste en un tubo flexible de alrededor de un centímetro de diámetro y de entre 122 y 183 cm de largo. El colonoscopio se introduce por el orificio anal y se puede hacer avanzar por todo el colon. Permite ver el interior del intestino, pues dispone de una cámara de video en su extremo cuya imagen se ve a través de un monitor.

Además, el tubo del colonoscopio cuenta con varios canales en su interior por donde se pueden introducir distintos instrumentos, y que permiten realizar pruebas diagnósticas como la toma de biopsias, o incluso realizar tratamientos como la extirpación de pólipos intestinales o tumores.

Para realizar una colonoscopia es necesario que el intestino esté bien limpio de restos fecales. Para ello se requiere una preparación del colon por medio de unos laxantes que se toman por vía oral o por medio de enemas. Estas sustancias se administran durante el día o los dos días previos a la realización de la prueba y producen una diarrea abundante, con lo que se consigue limpiar el colon.

Motivos para realizar una colonoscopia

Los motivos más frecuentes por los que se puede solicitar la realización de una colonoscopia son los siguientes:

  • Como prueba de cribado del cáncer de colon.

  • Especialmente en aquellas personas con antecedentes familiares de un cáncer de colon o en mayores de 50 años.

  • Como estudio de episodios de sangrados por el recto (rectorragias) o tras la aparición de sangre en las heces.

  • Para estudiar una diarrea crónica.

  • En casos de anemia ferropénica (por falta de hierro) cuando se sospecha que se debe a un sangrado crónico por el colon.

  • En casos de pérdida de peso inexplicada y brusca que pueda hacer sospechar un cáncer de colon.

  • Para estudiar con más detalle alguna alteración que haya aparecido en otra prueba que examina el colon llamada enema opaco.

  • Para diagnosticar y controlar una enfermedad inflamatoria intestinal como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa.

  • En el estudio del dolor abdominal crónico.

En ocasiones no es necesario explorar todo el colon, sino sólo su parte final. Para ello se introduce el colonoscopio por el ano, pero sólo se avanza por sus partes finales, es decir por el recto, el sigma y el colon descendente. Esta prueba se llama rectosigmoidoscopia. Si se encuentra algún hallazgo patológico el médico habitualmente avanzará el colonoscopio hasta el final realizando una colonoscopia completa.

Cómo se hace una colonoscopia

La prueba la suele hacer un médico especialista en aparato digestivo con un asistente que puede ser personal de enfermería. Inicialmente se coge una vía intravenosa en el brazo. Por allí se pasa un medicamento que le hará estar relajado y somnoliento durante la prueba. Es posible que después no recuerde mucho del procedimiento.

Le dirán que se desvista y se ponga una bata de hospital. Le tumbarán en una camilla sobre el lado izquierdo y con las rodillas dobladas hacia el pecho. Inicialmente el médico le hará un tacto rectal con mucho cuidado explorando el orificio anal con un dedo y con alguna sustancia lubricante y anestésica sobre el guante. Entonces procederá a introducir el colonoscopio previamente lubricado por el orificio anal y lo progresará lentamente por el colon. En una pantalla anexa el doctor podrá ver toda la superficie del colon con claridad.

Se pueden notar algunos calambres abdominales o la necesidad de defecar o de expulsar gases. No se sienta incómodo por este motivo, pues a través del colonoscopio se introduce aire para distender el colon y facilitar la exploración. La expulsión de gases por lo tanto es completamente normal. Simplemente respire profunda y lentamente para relajar los músculos abdominales. Durante la prueba puede que le pidan que cambie de postura para facilitar el movimiento del colonoscopio, y es posible que le administren algunas medicinas intravenosas para relajar el intestino.

El médico cuenta con diversas herramientas como micropinzas, microtijeras, etcétera, que se pueden meter a través de los canales de los que dispone el colonoscopio y que le permiten realizar algunos procedimientos diagnósticos o terapéuticos. Por ejemplo, puede aspirar secreciones, tomar una biopsia, eliminar un pólipo, coagular una hemorragia, eliminar un cuerpo extraño, etcétera.

Tras todo ello, el colonoscopio se sacará cuidadosamente con lo que es esperable que salga bastante gas del intestino, lo que le aliviará si notaba alguna molestia abdominal. Finalmente se procederá a limpiar el área anal con papel y le dejarán 1-2 horas en observación en alguna sala anexa hasta que se recupere del efecto del sedante. Es recomendable que no conduzca ni maneje maquinaria peligrosa durante las 12 horas siguientes a la prueba. Su médico le indicará cuándo puede comer con normalidad y reiniciar las actividades normales. Esto depende del procedimiento que le hayan hecho y la medicación que le hayan suministrado. Cuando le esté permitido, beba muchos líquidos para recuperar las pérdidas de líquido que puede haber sufrido con la diarrea causada para preparar la prueba.


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